martes, 10 de diciembre de 2013

CARTAGENA DE INDIAS – COLOMBIA.

Planificamos conocer Colombia y en Octubre del año 2011 ingresamos por Bogotá, seguimos por Cartagena de Indias, y finalizamos en la Isla de Barú. Esta pincelada la destinaré a Cartagena de Indias, las dos localidades restantes las dejaré para otra oportunidad.

La ciudad de Cartagena de Indias, consta de dos sectores edilicios bien diferenciados, la ciudad nueva con edificios modernos y avenidas a ritmo urbano, y la ciudad antigua amurallada, el icono, la genuina, con edificación de arquitectura colonial perfectamente conservadas. Se atribuye a Pedro Heredia su fundación el 1º de junio de 1533.
Fue uno de los puertos más importantes del virreinato de la Nueva Granada. En sus orígenes puerto negrero, desde donde zarpaban hacia España galeones repletos de oro, especies y costosas mercancías que eran tentación para los piratas. Sufrió ataques, bloqueos, incendios y destrucción, que explican el por qué de las murallas, y su apelativo de “La Ciudad Heroica”.
Fue muy importante la ubicación del hotel seleccionado, ubicado en Bocagrande zona de hoteles frente al mar Caribeño y a 15 minutos del casco histórico. Nos permitió disfrutar horizontes con los dos sectores de la ciudad. Nos encontramos con un área plena de dinamismo, edificios de moderna construcción, restaurantes, espectáculos, centros comerciales, joyerías, y fundamentalmente el mar y sus playas.

Llegamos en las proximidades de Halloween
Colaborando con la Bruja
Comenzaré con la visita a lugares históricos fuera de las murallas. El comienzo del tour fue divertido al trepar, ese es el vocablo exacto, a una “Chiva Cartagenera o Rumbera”. Es el bus colectivo más popular en Cartagena, de madera, pintados de colores fuertes, la mayoría con largos bancos tapizados, sin puertas ni ventanillas, en las excursiones nocturnas van acompañados en su parte trasera por orquesta que se encargan de ejecutar vallenato y la cumbia géneros musicales autóctonos, además de merengue, rumba y salsa. 
No quieran Uds. conocer como se llega al fin de la jornada después de haber ascendido y descendido en cada escala y soportado el asedio de los vendedores ambulantes ofreciendo bebidas para mitigar el calor húmedo, artesanías, frutas, golosinas; eso sí, cada escala estaba acompañada de música pegadiza y movida.
Durante el tour pudimos apreciar: barrios residenciales, el monumento a la India Catalina, la Bahía de las Ánimas, El Laguito, su Buque Escuela, una moderna marina, la Terminal Marítima, clubes náuticos, clubes de pesca, centros comerciales, hoteles, etc. 
Los lugares de mayor interés:
Monumento a los Pegasos. Ubicado en la Bahía de las Ánimas es un monumento de tres míticos corceles.
Iglesia de la Tercera Orden. Ubicada en el barrio de Getsemaní, de características similares en su fachada y en muchos detalles a la Iglesia de Santo Toribio. Es de destacar su techo de madera. En la foto se aprecia también el Centro de Convenciones de Cartagena.

Zapatos Viejos. Monumento ubicado en la parte trasera del Castillo de San Felipe, en homenaje al poeta cartagenero Luis Carlos López, autor del poema del mismo nombre.
Castillo de San Felipe. Obra de ingeniería militar española. Después de ascender una pronunciada pendiente originada por las murallas altas nos encontramos con cañones, túneles, pasadizos secretos, galerías subterráneas, almacenes de pólvora, calabozos, patios, que nos transportaron a siglos pasados. Por supuesto no falta la tienda de regalos.






Convento de la Candelaria. Ubicado en la parte superior del Cerro de la Popa, el más alto de Cartagena. Su historia se remonta al año 1606. Un claustro y una ermita conforman esta edificación religiosa donde los peregrinos llegan a venerar a su patrona la Virgen de la Candelaria.

Desde esta legendaria construcción se aprecia una espectacular vista de Cartagena y su mar, el puerto, el manglar, la ciudad moderna, el casco histórico, los barrios humildes de la periferia.

Las Bóvedas. Conjunto de 23 bóvedas, por el cual transitaban las tropas en tiempo de guerra, sirviendo de refugio ante el fuego invasor. En sus orígenes también fue cárcel y almacén de víveres y pólvora.
Luego de su restauración en su interior funcionan tiendas artesanales, de antigüedades, negocios de arte, joyerías con las características esmeraldas, bares, etc. Los precios están preparados para soportar el regateo y dejar contento al cliente.
Las Palenqueras, mujeres de color y mulatas, simpáticas, pechugonas, sus dientes muy blancos que adornan una permanente sonrisa, visten blusas coloridas, polleras largas y un cuenco en la cabeza donde apoyan los recipientes con productos para vender. Por supuesto acceden a sacarse fotos a cambio de una tarifa que debe regatearse.

Espectacular Atardecer Caribeño. Los coches de plaza, las farolas, las murallas, los fortines, llevan a que se mire el mar e imaginar carabelas, continuos asedios de piratas y corsarios, e historias de tesoros.

Como en todos los lugares de turismo internacional el tour finalizó con una oferta comercial, en esta oportunidad en una fábrica donde los orfebres elaboran verdaderas obras de arte en esmeraldas talladas a mano engarzadas en oro. Colombia provee el 55% de las esmeraldas que se ofrecen en el mundo, por supuesto no falta un museo donde exhiben ese patrimonio comercial y cultural.

La jornada siguiente fue dedicada a visitar el Centro Histórico, nos costó esfuerzo prescindir de las ofertas de los coche de plaza y con elemento cartográfico en mano, allá fuimos a pesar de la lluvia.
Este conjunto histórico, las fortalezas y el puerto fueron declarados por la Unesco en 1984 Patrimonio de la Humanidad.
La Torre del Reloj. Da la bienvenida a la Ciudad Amurallada, esta construcción de estilo neogótico se levanta como parte de la muralla y es el símbolo arquitectónico más representativo de Cartagena. Era La Puerta, único ingreso y egreso directo de la ciudad, desde que en 1631 se completó el cerramiento de la muralla de 11 km de extensión, de los cuales hoy quedan 8 km. También se le conoce como “Boca del Puente”. No falta la evocación a los indígenas, africanos y europeos que forjaron la ciudad.
Al transponerla, el tipo de imágenes se repetirían a lo largo de las calles angostas y empedradas, con casas antiguas de paredes en colores cálidos, y algunas en tono pastel. Balcones de estirpe española, tallados en madera, bien conservados y decorados, con plantas y macetas coloridas. Ventanas y puertas con herrería artesanal colonial.




Plaza de los Coches. Antiguo lugar, llamado bazar de africanos esclavizados, recordemos que Cartagena de Indias era el puerto principal del comercio negrero del siglo XVII. En el centro de la misma se erige un monumento en memoria de Pedro Heredia, conquistador español fundador de la ciudad. Hoy, son los coches de plaza los que se estacionan a la espera de turistas.
Portal de los Dulces. Su antiguo nombre Portal de los Esclavos, por allí desfilaban los esclavos que eran vendidos al mejor postor. Hoy una serie de pequeños comercios atendidos en su mayoría por mulatos ofrecen al paladar dulces elaborados con papayas verdes, cocadas, bolas de tamarindo, merengues, caramelos de frutas tropicales, cantidad y variedad de golosinas muchas de ellas desconocidos por nosotros. Una buena cantidad de habitantes, principalmente mujeres, han ejercido la tradición dulcera de generación en generación.
Catedral Santa Catalina de Alejandría. Se comenzó a construir en 1575. Fue parcialmente destruida tras el ataque del pirata británico Francis Drake. Fue reconstruida y rediseñada, su altar mayor luce una obra completamente tallada en madera con acabados dorados. Interesantes las columnas de piedra que sostienen el recinto.

Plaza Bolívar. Antiguamente llamada de la Inquisición. Cuenta con inmensos árboles para guarecerse del intenso sol durante el día. 


A medida que la luz del día va desapareciendo cobra una actividad especial aportada por los artistas callejeros, música a la gorra y artesanos. Venta de sombreros que les llaman panamá (jipijapa), aunque distan mucho de los originales, que son fabricados en Ecuador.
Palacio de la Inquisición. En el año 1610, se instauró la Inquisición y su régimen de castigos. Está ubicado frente al parque de Bolívar, construcción elegante donde vivieron los inquisidores, su fachada es un ejemplo del barroco colombiano. Transformado en Museo y Archivo Histórico exhibe mobiliarios de la época, aparatos y cámaras de tortura, y documentación de la época.
Museo del Oro Zenú. Funciona en una hermosa casa colonial, acondicionada para albergar esta completa colección de oro y cerámica de las culturas pre colombinas. Cuenta con más de 600 piezas estrechamente ligadas a la sociedad Zenú. Se trata de colecciones del año 500 A.C. especialmente de pectorales, pezoneras, narigueras, etc., realizados en oro.



Iglesia y Plaza San Pedro Claver. Es el templo de mayor importancia de Cartagena desde el punto de vista arquitectónico. Bautizada en honor al Apóstol de los Negros, santificado por su acción de salvaguarda de los africanos esclavizados.
La plaza rodeada de restaurantes, tiendas de artesanías, joyerías, está decorada con curiosas figuras hechas en hierro forjado representativas de la ciudad y sus habitantes. Es muy común beber un “raspado”, combinación de leche condensada, frutas y granizado.

Plaza Santo Domingo. Sus dos atractivos principales son la Iglesia de Santo Domingo y la estatua de “La Gorda” Gertrudis. Es el epicentro de la noche, gracias a los bares, y a los músicos, cuentistas y otros tipos de artistas que rodean la plaza desde el atardecer. Se complementa con la actividad de los restaurantes, joyerías y cafés.

Iglesia y Claustro de Santo Domingo. Construcción iniciada a finales del siglo XVI, es el templo más antiguo de la ciudad. Cuenta con la leyenda que una de sus torres inconclusas fue torcida por el diablo. Otra es que el Santo Cristo situado en su altar, fue tallado por un ángel.




Escultura de Gertrudis. Gordita de 650 kilos en plena plaza de Santo Domingo, obra donada por Fernando Botero, uno de los artistas más famosos de Colombia.

Universidad de Cartagena. Es pública, fue oficializada en el año 1827 por Simón Bolívar. Está localizada frente a la plaza del Estudiante, edificio grande, antiguo, pintado de colores llamativos.

La Calle de las Damas. La más ancha y una de la más emblemática, era donde paseaban las damas de la época en busca de novios, sobre esa calle vivían los caballeros más adinerados.
Monumento a los Alcatraces. Ubicado en el malecón de la ciudad representa una bandada de estas aves, muy populares en la zona, volando hacia el mar.
En el casco histórico conviven la oferta hotelera de hoteles tradicionales, hoteles boutique y los bed and breakfast. 
Todos ellos en sus ingresos no dejan de adornar con Flores de Ginger (fragancia de la princesa), flor de la planta emblemática de esta zona costera. 
Generalmente a la noche ofrecen espectáculos que representan a su folclore, y por supuesto exhiben su “sombrero vueltiao”.
Están presentes las principales cadenas hoteleras con un amplio portafolio de servicios. Es interesante visitar el Hotel Sofitel Santa Clara. Ocupa una construcción destinada a convento en el año 1621. Es una joya arquitectónica que funciona como hotel boutique, además la cadena Sofitel le anexo una construcción nueva y moderna.





Una buena experiencia es beber un mojito, o un coco loco, o algún coctel en el Bar El Coro. Además de visitar su panteón.  

La oferta gastronómica está disponible para todo paladar, el plato tradicional es la mojarra frita.
Patagonia, restaurante argentino, ofrece el sabor y las tradiciones de la cocina argentina, en especial distintos tipos de cortes de carne a la parrilla y los vinos de su cava.

Antes de despedirnos de la ciudad, algunas pinceladas urbanas:









El paseo terminó de noche con el espectáculo imperdible, de las cúpulas de las iglesias y las fachadas coloniales coloreadas por las luces, las calles empedradas, los balcones, los coches de plaza, los espectáculos musicales, las danzas de grupos folclóricos, y por supuesto egresar por la Torre del Reloj.




La tercera jornada fue destinada a recorrer la playa caribeña, las cuales son cortas, de arena caliente, aguas cálidas y casi transparentes, aunque no suficiente para llegar al color turquesa, en general ofrecen la sombra de un cocotero. Tienen mantenimiento de limpieza permanente. Es interesante a primera hora de la mañana la actividad de la pesca artesanal.

Dicen que una imagen vale más que muchas palabras, por lo tanto a continuación algunas pinceladas de la playa, sus visitantes, sus pescadores, los vendedores ambulantes, las garzas, los pelícanos. 

Las Majas
Refugio de los vendedores ambulantes











Se prepara para atacar la Armada de los Pelícanos...
Poca confianza en el fotógrafo...

3 comentarios:

  1. Ignacio!!!!!!!!! Me encantó... es otroo de mis tantos "próximos destinos"... Cartagena de Indias, Isla San Andrés e Isla Barú.... No veo la hora de ir... y viendo esto??? mucho máss!!! Me imagino comiendo un "raspado" caminado por la Calle de las Damas con la misma suerte de las damas de aquella época... sin terminar como la Gordita Gertrudis... pero echada en un de esas playas de aguas cálidas....
    Como siempree... siga llenándome de pinceladas y de ganas de VOLAR DE ACÁ!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Hermosos lugares. En esta séptima entrega viaje lejos con mi imaginación, lo felicito Ignacio, me gusta mucho la forma de contar y describir los lugares, gracias por poner todo este material al alcance nuestro, felicitaciones, y muy felices fiestas amigo cactucero

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  3. Lo felicito Ignacio, tuve la oportunidad de ir a Cartagena en el 2002 y dije que Dios me permita volver a tan bello lugar, y así fue, en 2018 volví y lo disfruté aún más. Son de esos lugares encantados de donde no quieres regresar. Cartagena de Indias tiene el encanto que pocos lugares tienen en América. Todo absolutamente todo es maravilloso y esa descripción que haces de la Cartagena nocturna, realmente lo devuelve a esas lindas noches que no se pueden olvidar. Saludos desde Costa Rica.

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